JUAN MONTALVO

 JUAN MONTALVO
Juan María Montalvo Fiallos fue un escritor y filósofo ecuatoriano nacido en Ambato el 13 de abril 1832. Luchó contra dictadores de la época: Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintemilla. Entre sus obras más destacadas están: Las Catilinarias, Siete tratados, Geometría Moral y Capítulos que se le olvidaron a Cervantes (secuela de Don Quijote de la Mancha).

Juan Montalvo es uno de los más grandes pensadores de nuestro país y de América Latina. Y el mayor de nuestros periodistas nacionales. Vivió en el siglo 19, durante un período de inestabilidad política y restricciones de las libertades públicas. Pasó su vida defendiendo la libertad de prensa y combatiendo las tiranías y el clericalismo.
ue hijo de del Sr. Marcos Montalvo Oviedo (comerciante hijo de un inmigrante andaluz) y de la Sra. María Josefa Fiallos y Villacreses. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal, luego de lo cual, a los catorce años de edad fue enviado a Quito para ingresar al Convictorio de San Fernando donde obtuvo el grado de Maestro en Filosofía.

El 17 de febrero de 1857, el Presidente de la República, Gral. Francisco de Robles, lo designó Adjunto Civil de la Legación del Ecuador en Roma, Italia, a donde partió de inmediato junto con el Dr. Francisco Javier Salazar.

Volvió al Ecuador en 1860, durante el mandato del Dr. Gabriel García Moreno. En septiembre de ese mismo año dirigió al gobernante una carta, en la que le dio algunas opiniones en cuanto a su gobierno, exponiendo sus puntos de vista y dándole algunos consejos que consideraba necesarios para salvar el honor de la República, que por ese entonces atravesaba momentos muy difíciles. De alguna manera, esta carta fue el inicio de una lucha que habría de sostener con García Moreno durante toda su vida.

Cuando García Moreno impulsó la llamada "Carta Negra", Montalvo decidió expatriarse, temiendo por su vida. Radicado en París vivió rodeado del respeto y la admiración de los más selectos círculos intelectuales y, especialmente, gozando del aprecio y el respaldo de su amigo y benefactor don Agustín Leonidas Yerovi. Murió en París, Francia, el 17 de enero de 1889, a causa de una pleuresía.

Retorno al Ecuador

Tuvo que regresar al Ecuador no sólo por la inestabilidad de los gobiernos y la agitación política, sino también por la artritis que lo aquejaba. Cuando llegó, en 1859, el país era gobernado por García Moreno. Lo primero que hizo fue escribirle al presidente una larga carta, un tanto discursiva, pero cargada de admoniciones y amenazas, que según parece, no lo irritó del todo. A finales de 1861 colaboró en la revista literaria El Iris de Quito. En 1865 comenzaron sus amores con María Adelaida Guzmán, con quien contrajo finalmente matrimonio en Ambato el 17 de octubre de 1868 y tuvo dos hijos.
El 3 de enero de 1866, después del primer período presidencial de García Moreno, publicó El Cosmopolita, revista de carácter político-literario editada en Quito en 40 páginas, cuyas siguientes entregas siguieron apareciendo hasta enero de 1869, y sostuvo una acalorada polémica con José Modesto Espinosa, que le salió al paso. En 1867 editó El Precursor del Cosmopolita y al año siguiente comenzó a cartearse con Eloy Alfaro y polemizó con Juan León Mera, publicando en su contra dos folletos: El Masonismo Negro y Bailar Sobre las Ruinas. En 1869, cuando García Moreno impulsó la llamada "Carta Negra", Montalvo decidió expatriarse, temiendo por su vida. Acudió a la embajada de Colombia, y ni bien recibió su pasaporte para abandonar el país, partió la mañana del 17 de enero de 1869 rumbo a Ipiales junto a otros dos exiliados: Mariano Mestanza y Manuel Semblantes.
La familia Arellano del Hierro, de Tulcán, recomendó a Montalvo ante el doctor Ramón Rosero, de Ipiales, para que le acogiera en su hogar; por su parte, Mestanza y Semblantes continuaron su viaje hacia la costa, para navegar a Panamá y desde allí hacia Europa. Durante su estadía en Ipiales, Montalvo recibió la primera carta de Eloy Alfaro desde Panamá, invitándolo a acompañarlo. Pronto fraternizaron y Alfaro le instaló cómodamente; le compró pasaje para Francia, le dio una suma de dinero para las primeras semanas de permanencia en aquel país y le prometió extenderle las ayudas que en lo posterior llegara a solicitarle. Llegado a la capital francesa, su interés inmediato fue establecer conexiones con las personas que quizás se hallaban en disposición de ayudarle, pues desde su destierro cayó en una situación de apremio; había salido del Ecuador con pocas pertenencias y le era imposible obtener ingresos seguros y periódicos.Regresó a Panamá, rumbo a Ipiales. Y aunque ahí le faltó dinero para continuar su viaje, Alfaro nuevamente acudió en su ayuda. Montalvo lo relata de la siguiente manera:





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